¡Mi meta era ser la villana perfecta, pero el mundo me coronó como santa!
Amelia, robada de su magia sagrada por su hermanastra y echada de casa con una patada en el orgullo, cae de rodillas en un bosque donde el Rey Demonio Regulus la encuentra hecha un mar de lágrimas.
Él, con sonrisa de tiburón, le ofrece un trato:
“Conviértete en mi villana estrella y te doy poder oscuro ilimitado.”
¡Aceptado! Problema: Amelia es alérgica al mal.
Él, con sonrisa de tiburón, le ofrece un trato:
“Conviértete en mi villana estrella y te doy poder oscuro ilimitado.”
¡Aceptado! Problema: Amelia es alérgica al mal.
- Intenta envenenar → reparte sopa a mendigos.
- Quiere maldecir → cura a un dragón con hipo.
- Planea un secuestro → organiza la mejor fiesta de cumpleaños del reino.
En la Academia Imperial, su entrenamiento de villana se convierte en club de caridad. La llaman “Gran Santa”, le regalan flores y le piden autógrafos.
Regulus, desde su trono de obsidiana, se mesa los cuernos:
“¡Te dije MALA, no MADRE TERESA!” Entre exámenes de “cómo fruncir el ceño correctamente”, bailes donde Amelia salva princesas en vez de empujarlas por las escaleras y un Rey Demonio que empieza a derretirse cada vez que ella sonríe, nace la comedia más santa del infierno.
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