Liliana, hija de un conde, arrastra el apodo cruel de “santa inútil y reprobada”, eclipsada por una hermanastra que, en secreto, le succiona la magia como un vampiro energético, dejando su poder real sepultado bajo capas de agotamiento. Un día, un mensajero de la frontera trae una propuesta imposible: matrimonio con Sirius Lundval, el marqués que juró odio eterno a todo lo que huela a “santa”. Liliana, sin escapatoria, cruza montañas nevadas hacia un castillo de piedra y silencio, esperando desprecio glacial. Al principio, Sirius la recibe con miradas de acero y palabras cortantes como ventiscas. Pero cada gesto sincero de ella —una poción curativa improvisada, una sonrisa que no pide nada— perfora su armadura. Pronto, el marqués que juraba repudio se convierte en un lobo protector: mantas calientes en noches frías, cartas selladas con cera de miel, y un “quédate a mi lado” susurrado entre batallas y bailes bajo auroras. ¿Podrá esta santa “fallida” despertar su magia robada y, de paso, derretir el corazón de un hombre que juró no amar a ninguna elegida divina?