¡Aunque se suponía que era la reina de relleno, Entonces…¿Qué es esta ruta de amor obsesivo en la que me han metido!?
Catherine maldecía en voz alta la reina inútil de una novela que leía —una tal Catherine, casada por política, ignorada por su rey y luego robada por la heroína perfecta— cuando ¡zas! despierta dentro de ese cuerpo.
Plan A: convertirse en fantasma palaciego y evitar el destino de felpudo.
Resultado: el rey Silas, que debería odiarla, empieza a acercarse como imán: desayunos sorpresa, cartas perfumadas, “quédate a mi lado” en público.
Peor aún: Silas es idéntico a Jason, el bully que la torturaba en su vida anterior.
Catherine, entre pánico y cosquillas, ve cómo la heroína original —ahora celosa— arma trampas mortales para sacarla del tablero.
Lo que era un drama de segunda se convierte en romance de primera fila: Silas la persigue con regalos, Catherine huye con el corazón en la garganta, y la heroína se vuelve villana de verdad.
¿Podrá esta reina “de relleno” reescribir el guion antes de que el rey la atrape… o ella se rinda al amor forzado?
Plan A: convertirse en fantasma palaciego y evitar el destino de felpudo.
Resultado: el rey Silas, que debería odiarla, empieza a acercarse como imán: desayunos sorpresa, cartas perfumadas, “quédate a mi lado” en público.
Peor aún: Silas es idéntico a Jason, el bully que la torturaba en su vida anterior.
Catherine, entre pánico y cosquillas, ve cómo la heroína original —ahora celosa— arma trampas mortales para sacarla del tablero.
Lo que era un drama de segunda se convierte en romance de primera fila: Silas la persigue con regalos, Catherine huye con el corazón en la garganta, y la heroína se vuelve villana de verdad.
¿Podrá esta reina “de relleno” reescribir el guion antes de que el rey la atrape… o ella se rinda al amor forzado?
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