La princesa veneno domestica al esclavo más malvado
La cuarta princesa imperial, Cecilia, poseía el don de neutralizar venenos, pero su apariencia inquietante y ese poder le valieron el apodo de «Princesa Veneno». Su propia familia la rechazó y la mantuvo apartada. La única persona que alguna vez le sonrió con bondad fue su hermana mayor, la segunda princesa Aria… hasta que Aria la traicionó sin piedad y la acusó falsamente de un crimen que la llevó al patíbulo. En el instante en que la muerte la envolvía, el tiempo retrocedió. Cuando Cecilia abrió de nuevo los ojos, solo ardía en su pecho un deseo: «Le haré probar a esa mujer el mismo infierno que yo sufrí».
Con esa sed de venganza, se dirigió al mercado de esclavos y compró al hombre encadenado que una vez fue su verdugo: Daniel, el caballero más temido y peligroso del imperio.
«Ayúdame con mi venganza», le ordenó con voz gélida.
Con esa sed de venganza, se dirigió al mercado de esclavos y compró al hombre encadenado que una vez fue su verdugo: Daniel, el caballero más temido y peligroso del imperio.
«Ayúdame con mi venganza», le ordenó con voz gélida.






Comment